Los 10 mejores consejos de paternidad – Los mejores consejos de Una Madre Corriente

Ser padre no es fácil. Ser buenos padres es un trabajo duro.

¿Qué hace a un buen padre?

Un buen padre es aquel que se esfuerza por tomar decisiones en el mejor interés del niño.

Un buen padre no tiene que ser perfecto. Nadie es perfecto. No niño tampoco es perfecto… Tener esto en cuenta es importante a la hora de fijar nuestras expectativas.

El éxito de la crianza de los hijos no consiste en alcanzar la perfección. Pero eso no significa que no debamos trabajar para conseguirlo. Establecer estándares altos para nosotros mismos y sólo entonces para nuestros hijos. Les servimos de modelo.

Aquí tienes 10 consejos para enseñar buenas habilidades parentales. Muchos de estos consejos no son rápidos ni fáciles. Y probablemente nadie puede hacerlas todas a la vez. Pero si puedes seguir trabajando en los consejos de esta guía para padres, aunque sólo hagas algunos de ellos, seguirás avanzando en la dirección correcta.

Cómo ser un buen padre – Los 10 mejores consejos para ser padres

#1 Ser un buen ejemplo

Haz lo que dices. No te limites a decirle a tu hijo lo que quieres que haga. Enséñales.

Los seres humanos somos una especie especial en parte porque podemos aprender por imitación1. Estamos programados para copiar las acciones de los demás para entenderlas e incorporarlas a las nuestras. Los niños, en particular, observan atentamente todo lo que hacen sus padres.

Así pues, sea la persona en la que quiere que se convierta su hijo: respételo, demuéstrele un comportamiento y una actitud positivos, sienta empatía por las emociones de su hijo… y su hijo seguirá su ejemplo.

#2: Ámales y demuéstralo con hechos

La madre y el padre besan cariñosamente al bebé en los artículos sobre buenas prácticas de crianza

Demuestra tu amor.

No existe la posibilidad de querer demasiado a tu hijo. Quererlos no puede estropearlos2. Sólo lo que elijas hacer (o dar) en nombre del amor puede hacerlo: cosas como la indulgencia material, la indulgencia, las bajas expectativas y la sobreprotección. Si estas cosas se dan en lugar del amor real, entonces tienes un niño mimado.

Querer a tu hijo puede ser tan sencillo como darle abrazos, pasar tiempo con él y escuchar seriamente sus problemas cada día.

Mostrar estos actos de amor puede desencadenar la liberación de hormonas del bienestar como la oxitocina. Estos neuroquímicos pueden aportarnos una profunda sensación de calma, calidez emocional y satisfacción, a partir de la cual el niño desarrollará su capacidad de recuperación, por no hablar de una relación más estrecha con usted3.

#3: Practicar una crianza positiva, amable y decidida

Una madre explica a su hijo con una guía de crianza positiva para aumentar la confianza en sí mismo

Los bebés nacen con unos 100.000 millones de células cerebrales (neuronas) con relativamente pocas conexiones. Estas conexiones crean nuestros pensamientos, guían nuestras acciones, dan forma a nuestra personalidad y básicamente definen quiénes somos. Se crean, se fortalecen y se «esculpen» con las experiencias a lo largo de nuestra vida.

Dé a su hijo experiencias positivas. Serán capaces de crear ellos mismos experiencias positivas y ofrecerlas a los demás4.

Dé a su hijo experiencias negativas. No pasarán por el tipo de desarrollo necesario para prosperar.

Canta esa tonta canción. Haz un maratón de cosquillas. Ve al parque. Ríete con tu hijo. Soportar una rabieta emocional. Resolver un problema juntos con una actitud positiva.

Estas experiencias positivas no sólo crean buenas conexiones en el cerebro de tu hijo, sino que también forman los recuerdos de ti que tu hijo lleva consigo de por vida.

Cuando se trata de disciplina, parece difícil mantenerse positivo. Pero es posible practicar la Disciplina Positiva y evitar el castigo.

Ser un buen padre significa enseñar a tu hijo la moral de lo que está bien y lo que está mal. Establecer límites y ser coherente son las claves de una buena disciplina. Sea amable y firme Cuando se aplican esas reglas. Concéntrese en la razón que hay detrás del comportamiento del niño. Y haz que sea una oportunidad de aprender para el futuro, en lugar de castigar por el pasado.

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#4: Sea un refugio seguro para su hijo

El bebé duerme con un abrazo y los padres proporcionan una crianza eficaz

Hazle saber a tu hijo que siempre estarás a su lado respondiendo a sus señales y siendo sensible a sus necesidades. Apoye y acepte a su hijo como individuo. Sea un refugio cálido y seguro para que su hijo explore.

Los niños criados por padres que responden sistemáticamente tienden a tener un mejor desarrollo de la regulación emocional, del desarrollo de las habilidades sociales y de la salud mental5.

#5: Habla con tu hijo y ayúdale a integrar su cerebro

La mayoría de nosotros ya sabemos lo importante que es la comunicación. Habla con tu hijo y también escúchale con atención.

Si mantiene una línea de comunicación abierta, tendrá una mejor relación con su hijo y éste acudirá a usted cuando haya un problema.

Pero hay otra razón para la comunicación: estás ayudando a tu hijo a integrar diferentes partes de su cerebro.

La integración es similar a la de nuestro cuerpo, donde los diferentes órganos necesitan coordinarse y trabajar juntos para mantener un cuerpo sano. Cuando las diferentes partes del cerebro están integradas, pueden funcionar armoniosamente como un todo, lo que significa menos rabietas, un comportamiento más cooperativo, más empatía y un mayor bienestar mental6.

Para ello, habla de las experiencias difíciles. Pídele a tu hijo que describa lo que ha pasado y cómo se ha sentido para desarrollar una comunicación atenta7. No hay que dar soluciones. No es necesario tener todas las respuestas para ser un buen padre. El mero hecho de escuchar y hacer preguntas aclaratorias ayuda a tu hijo a comprender sus experiencias y a integrar sus recuerdos.

#Piensa en tu propia infancia

Muchos de nosotros queremos ser padres de manera diferente a nuestros padres. Incluso aquellos que tuvieron una buena educación y una infancia feliz pueden querer cambiar ciertos aspectos de su educación.

Pero muy a menudo, cuando abrimos la boca, hablamos igual que nuestros padres.

Reflexión sobre nuestra propia infancia es un paso para entender por qué somos padres de la manera en que lo hacemos. Escribe las cosas que te gustaría cambiar y piensa en cómo harías las cosas de forma diferente en un escenario real. Intenta tenerlo en cuenta y cambiar tu comportamiento la próxima vez que surjan esas cosas.

No te rindas si no tienes éxito a la primera. Se necesita práctica, mucha práctica para cambiar conscientemente tus métodos de crianza.

#7: Presta atención a tu propio bienestar

Los padres se relajan junto al mar: cuidarse bien es una buena crianza de los hijos

Los padres también necesitan alivio.

Presta atención a tu propio bienestar.

A menudo, cosas como tu propia salud o la salud de tu matrimonio pasan a un segundo plano cuando nace un hijo. Si no se presta atención a eso, se convierten en problemas mayores más adelante8. Dedica tiempo a fortalecer la relación con tu cónyuge.

No tengas miedo de pedir ayuda a los padres. Tener tiempo para uno mismo es importante para rejuvenecer el espíritu.

La forma en que los padres pueden cuidarse física y mentalmente marcará una gran diferencia en su crianza y vida familiar. Si estas dos áreas fallan, su hijo también sufrirá.

#8: No pegues, pase lo que pase.

Sin duda, para algunos padres, la equidad puede ser un alivio a corto plazo para los padres.

Sin embargo, este método no enseña al niño a distinguir el bien del mal. Sólo enseña al niño a temer las consecuencias externas. El niño está entonces motivado para no dejarse atrapar.

Darle unos azotes a tu hijo es enseñarle que puede resolver los problemas con violencia9. Los niños que son azotados, azotados o azotados son más propensos a pelearse con otros niños. Es más probable que se conviertan en acosadores y que utilicen la agresión verbal/física para resolver las disputas. Más adelante, también tienen más probabilidades de sufrir delincuencia y comportamiento antisocial, peores relaciones entre padres e hijos, problemas de salud mental y violencia doméstica como víctimas o maltratadores10.

Hay varias alternativas mejores a la disciplina que han demostrado ser más efectivas11, como la Disciplina Positiva (consejo nº 3 anterior) y el refuerzo positivo.

#9: Mantén las cosas en perspectiva y piensa en tu objetivo como padre

La madre tiene una olla sobre la cabeza y parece frustrada con el bebé. El bebé parece confundido - buena guía de crianza y artículos de crianza para las habilidades parentales

¿Cuál es su objetivo al criar a un niño?

Si usted es como la mayoría de los padres, quiere que su hijo vaya bien en la escuela, que sea productivo, responsable e independiente, que sea respetuoso, que disfrute de relaciones significativas con usted y con los demás, que sea cariñoso y compasivo, y que tenga una vida feliz, sana y satisfactoria.

Pero, ¿cuánto tiempo dedicas a trabajar para conseguir estos objetivos?

Si eres como la mayoría de los padres, probablemente pases la mayor parte del tiempo tratando de pasar el día. Como señalan los autores Siegel y Bryson en su libro The Whole Brain Child,

en lugar de ayudar a tu hijo a prosperar, pasas la mayor parte de tu tiempo tratando de sobrevivir.

Para no dejar que el modo de supervivencia domine tu vida, da un paso atrás la próxima vez que te sientas enfadado o frustrado. Piensa en lo que la ira y la frustración te harán a ti o a tu hijo. En su lugar, encuentre la manera de convertir cada experiencia negativa en una oportunidad de aprendizaje para él/ella. Incluso las rabietas épicas pueden convertirse en momentos valiosos para formar su cerebro.

Al hacerlo, no sólo mantiene una perspectiva saludable, sino que también trabaja para lograr uno de sus principales objetivos en la crianza de los hijos: construir una buena relación con ellos.

#10: Toma un atajo utilizando los hallazgos de las últimas investigaciones en psicología y neurociencia

Tomar un atajo para ir de A a B - Puede ser un buen consejo para padres y madres

Por tomar atajos, no me refiero a que se le dé poca importancia a tu hijo. Lo que quiero decir es que hay que aprovechar lo que ya conocen los científicos.

La crianza de los hijos es una de las áreas más investigadas de la psicología. Muchas técnicas, prácticas o tradiciones de crianza han sido examinadas, verificadas, refinadas o refutadas científicamente.

Para obtener buenos consejos e información sobre la crianza de los hijos con base científica, he aquí uno de mis libros favoritos sobre la crianza de los hijos con base científica, The Science of Parenting.

Por supuesto, el uso del conocimiento científico no es una estrategia única. Cada niño es diferente. Incluso dentro del mejor estilo de crianza, puede haber muchas prácticas de crianza efectivas diferentes que puede elegir en función del temperamento de su hijo.

Por ejemplo, además de los azotes, hay muchas alternativas mejores, como la reorientación, el razonamiento, la retirada de privilegios, el tiempo de permanencia, etc. Puede elegir el método disciplinario no punitivo que mejor se adapte a su hijo.

Por supuesto, también podrías elegir estilos de crianza «tradicionales» o «de la vieja escuela» (por ejemplo, pegar) y podrías seguir obteniendo «el mismo» resultado.

Según el modelo de diátesis-estrés, las personas vulnerables a sufrir un trastorno mental son más propensas a desarrollarlo cuando experimentan estrés. La diátesis, es decir, las vulnerabilidades, pueden ser biológicas o ambientales.

Tal vez el niño tenga suerte y no tenga esas vulnerabilidades. Tal vez sean resistentes y prevalezcan sin importar la dureza con la que los padres traten a su hijo.

Pero tal vez no.

Así que no se puede subestimar la importancia de la crianza de los hijos. ¿Por qué arriesgarse al daño que pueden causar algunas de las prácticas inferiores, cuando hay otras mejores y bien investigadas?

Tomar estos «atajos» puede exigirle más trabajo a corto plazo, pero puede ahorrarle mucho tiempo y sufrimiento a largo plazo.

Reflexiones finales sobre la crianza de los hijos

La parte buena es que, aunque la paternidad es dura, también tiene muchas recompensas. Lo malo es que las recompensas suelen llegar mucho más tarde que el trabajo duro. Pero si nos esforzamos ahora, acabaremos cosechando los frutos y no tendremos nada que lamentar.

¡Por una paternidad feliz!

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