El desarrollo de su hijo de 36 meses

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Los niños de 3 años que se acercan seguramente disfrutarán descubriendo cosas nuevas, y algunas de las mejores herramientas de enseñanza están dentro de sus cuatro paredes. Incluso si su niño pequeño no va al jardín de infantes, hay muchas formas en que puede ayudarlo a aprender en casa:

  • ABC a 123. Si a su hijo, como a muchos de sus compañeros, le fascinan las letras y los números, ayúdelo a aprender sobre ellos sin llamar la atención. Su nombre es el punto de partida perfecto: muéstrele en letra impresa y dígale el nombre de cada letra. También puede hacer un letrero en su puerta y escribirlo en su obra de arte, diciendo cada letra en voz alta. Si te pregunta cómo, enséñale cómo hacer la primera letra («¡Y para Alex!»), Luego aprende gradualmente el resto. También puede encontrar muchos libros, juegos y juguetes divertidos y apropiados para su edad que enseñan letras y números, pero céntrese en los que su hijo realmente disfruta y con los que quiere jugar.
  • Super ciencia. Los niños pequeños son curiosos por naturaleza, y eso los convierte en científicos naturales. Les encantan los experimentos y las observaciones, así que bríndeles muchas oportunidades (seguras): cocinar, por ejemplo, ofrece excelentes lecciones sobre cómo medir y cambiar estados («¿Ves cómo se derrite la mantequilla en una sartén?»). Un paseo por el patio trasero o el patio de recreo le permitirá a su hijo observar animales, insectos y plantas de cerca; intente plantar sus propias semillas para otro experimento satisfactorio.
  • Artes y manualidades. A la mayoría de los niños de tres años también les encantan los proyectos de arte y estos también son excelentes oportunidades para el aprendizaje temprano. Agarrar un crayón, un pincel o unas tijeras desarrolla las pequeñas habilidades motoras que necesitará cuando comience a escribir, y el arte, obviamente, ofrece muchas oportunidades para hablar sobre colores, formas y tamaños.
  • Leer. Probablemente su hogar ya esté lleno de los mejores materiales didácticos que existen: libros. Leer con un niño es la única mejor manera de prepararlo para la escuela (y de hecho para la vida). No tienes que enseñarle a leer o dedicar cada sesión de cuentos a fortalecer ABC; en cambio, disfruten las historias juntos. Ahora que escucha las nuevas palabras, ayudará a su hijo a reconocerlas más tarde en forma impresa, y cuando lo vea leer, le mostrará cómo funcionan los libros. Así que siga leyendo estos cuentos para la hora de dormir (y sobre bañarse, comer y en cualquier momento): son el boleto para el éxito escolar de su hijo.

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