Cómo pueden los padres motivar a los alumnos durante la formación a distancia

«¡Mi hijo se niega a hacer cursos a distancia!»

A muchos niños no les va bien el aprendizaje a distancia. No pueden concentrarse y están desmotivados. He aquí las razones por las que el aprendizaje a distancia no funciona y cómo los padres pueden motivar a los alumnos durante el aprendizaje a distancia.

¿Por qué fracasa la enseñanza a distancia?

Para muchos padres que trabajan, la formación a distancia es sinónimo de estrés. Muchos padres que trabajan se estresaron cuando las escuelas cerraron repentinamente, y los niños tuvieron que aprender en casa utilizando sólo recursos en línea.

Fue un viaje accidentado y la culpa la tuvo el aprendizaje a distancia.

Pero no tiene por qué ser así.

Si un niño está motivado, puede aprender bien tanto en línea como fuera de ella.

Entonces, ¿por qué los niños están menos motivados en la enseñanza a distancia?

¿Por qué los niños no están motivados en la enseñanza a distancia?

¿Qué es la motivación?

La motivación proviene del «centro de recompensa» del cerebro que libera el neurotransmisor dopamina1. La dopamina es la sustancia química que nos hace sentir bien. Activa nuestro cerebro y le da energía.

Cuando experimentamos una recompensa positiva, los niveles de dopamina aumentan y nos sentimos motivados. Cuando los niveles de dopamina son bajos, no tenemos ganas de hacer nada.

Uno de los mayores enemigos de la dopamina es el estrés. El estrés agota la dopamina en el cerebro del niño.

El estrés también inhibe el funcionamiento del córtex prefrontal. Incluso si se puede obligar a un niño a sentarse y estudiar, no puede aprender porque su corteza prefrontal, la parte del cerebro responsable del pensamiento, está afectada.

En marzo de 2020, el mundo se volvió del revés. Las escuelas cerraban y los estudiantes se lanzaban al aprendizaje en línea sin preparación.

Fue una experiencia muy estresante para los profesores, los niños y los padres.

Además, muchos padres estaban estresados por el trabajo, por trabajar desde casa o por no tener trabajo.

El estrés es contagioso. Cuando los padres están estresados, los hijos suelen reflejar sus reacciones de estrés2.

Estos dos tipos de estrés se acumulan haciendo que los niveles de dopamina de sus hijos disminuyan.

No es de extrañar que muchos niños estuvieran desmotivados.

Otra fuente de estrés provenía de los padres y sus intentos de controlar el comportamiento de sus hijos.

Durante esta crisis, los padres estaban justificadamente preocupados por la educación de sus hijos. Como tanto los padres como los hijos se quedaban en casa, los padres ansiosos podían regañar todo el día y obligar a sus hijos a estudiar.

La percepción de falta de control es una gran fuente de estrés3.

Cuando regañamos o «recordamos» constantemente a nuestros hijos los deberes, las tareas escolares, los horarios de clase, las tareas domésticas, etc., los niños sienten una falta de control sobre sus vidas.

Quizá no sea tu intención controlar sus vidas, pero lo que cuenta es su percepción.

Estas tres fuentes de estrés se combinan para formar un estrés incontrolable a largo plazo, también conocido como estrés tóxico.

El estrés tóxico es especialmente perjudicial para los cerebros en desarrollo4.

El estrés tóxico aumenta los niveles de la hormona del estrés, matando las células del hipocampo. El hipocampo es el lugar donde se crean y almacenan los recuerdos, otra razón por la que los niños sometidos a estrés tóxico tienen problemas de aprendizaje.

Consejos de aprendizaje a distancia para padres que trabajan

Para motivar a los niños y liberar a los padres que trabajan del estrés, los padres pueden hacer las siguientes 6 cosas.

1. Gestionar nuestro propio estrés

Controlar nuestros niveles de estrés es bueno para nuestra salud. También es bueno para la salud mental de nuestros hijos.

Cuando mostramos formas positivas de afrontar nuestra ansiedad, nuestros hijos aprenden habilidades de afrontamiento para lidiar con el estrés, lo que fomenta su resiliencia.

La respiración profunda, el ejercicio, la meditación y la atención plena pueden ayudarnos a controlar nuestro estrés.

2. Dejar de controlar a nuestros hijos

Dejar de controlar a nuestros hijos da miedo.

Queremos lo mejor para nuestros hijos. A menudo controlamos el comportamiento de nuestros hijos porque queremos evitar que cometan errores.

Pero nuestras buenas intenciones se convierten a menudo en una fuente de estrés que perjudica su motivación y reduce su capacidad de aprendizaje.

3. Fomentar el aprendizaje, no la práctica

¿Has visto alguna vez a un bebé o a un niño pequeño desmotivado?

No lo he hecho.

Los niños nacen curiosos y les encanta aprender.

Si tu hijo se niega a hacer los deberes, céntrate en el aprendizaje.

Ir a la escuela no debería consistir en hacer los deberes o sacar buenas notas. Debería tratarse de aprender.

Las notas son importantes, pero para que el niño esté intrínsecamente motivado para estudiar, debe disfrutar aprendiendo.

Anímales a aprender y a utilizar los deberes para reforzar sus conocimientos. Si aun así se niegan a hacer los deberes, haz que se atengan a las consecuencias naturales.

Los niños aprenden rápidamente cuando se enfrentan a las consecuencias reales y naturales. Aprenden a relacionar la causa (no hacer los deberes) con la consecuencia (consecuencias en la escuela).

Si regañas o presionas, el problema se traslada a que eres una molestia. Entonces se centran en discutir contigo, lo que eclipsa el impacto real de su acción.

4. Centrarse en la relación en lugar de los deberes

Una relación cálida y segura entre padres e hijos en la infancia es esencial para una vida feliz y exitosa.

En la vida de un niño no falta el estrés: los profesores, los compañeros, los deberes, los exámenes, etc.

Muchas personas pueden causar estrés a un niño, pero sólo los padres pueden querer a su hijo y hacerle sentir seguro incluso cuando fallan.

Conviértase en el refugio seguro de su hijo, una persona a la que su hijo quiera acudir, no de la que quiera esconderse.

5. Apoyar y enseñar a tomar conciencia del estrés

Cuando un niño no está motivado para aprender, hay que apoyarlo en lugar de despreciarlo.

Motivar es elevar su dopamina a un nivel saludable. Ser acusador no lo conseguirá; ser solidario sí.

Ayúdales a identificar su fuente de estrés y anímales a hablar de ello.

Tomar conciencia del estrés es el primer paso para gestionarlo. Como dice el Dr. Daniel Siegel en The Whole Brain Child, «Ponle nombre para domarlo».

6. Proporcionar un entorno libre de estrés

Otras formas de eliminar el estrés son una dieta equilibrada, un sueño adecuado y estudiar en un entorno relajado.

Motivar a los niños para que aprendan mejor en la educación a distancia no es tan difícil si los padres podemos dejar de lado nuestra propia seguridad y apoyar a nuestros hijos para que prosperen por sí mismos.

No podemos llevar a nuestros hijos de la mano para siempre. Cuanto antes aprendan a ser independientes y responsables de su propia educación, más motivados estarán.

¿Necesitas más ayuda con la motivación?

Si buscas más consejos y una verdadera hoja de ruta, este vídeo Cómo motivar a los niños es un buen punto de partida.

Le ofrece los pasos necesarios para identificar los problemas de motivación de su hijo y las estrategias que puede utilizar para ayudar a su hijo a crear una auto-motivación y a apasionarse por el aprendizaje.

Una vez que conozcas esta estrategia basada en la ciencia, motivar a tu hijo se convierte en algo fácil y sin estrés.

Referencias

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