8 consejos esenciales de crianza positiva y guía de disciplina

La crianza positiva y la disciplina positiva se centran en la enseñanza del buen comportamiento mediante técnicas de crianza amables y firmes. He aquí algunos consejos eficaces de crianza positiva que le ayudarán a crear un hogar tranquilo y feliz.

¿Qué es la crianza positiva?

La crianza positiva es un principio de crianza basado en el supuesto de que los niños nacen con buenas intenciones y con el deseo de hacer lo correcto. Destaca la importancia del respeto mutuo y el uso de la instrucción positiva para imponer la disciplina. Las prácticas de crianza se centran en enseñar el comportamiento futuro en lugar de castigar el mal comportamiento pasado.

En la década de 1920, los psiquiatras vieneses Alfred Adler y Rudolf Dreikurs introdujeron en Estados Unidos las estrategias de crianza positiva1. Desde entonces, expertos y programas de crianza de todo el mundo han perfeccionado y defendido diversas soluciones de crianza positiva.

Muchos padres modernos adoptan estos principios de crianza suave porque no quieren criar a sus hijos de la manera en que fueron educados. La disciplina positiva les permite ser padres de una manera que refleja sus valores y creencias familiares. Los padres positivos son sensibles a las necesidades, la etapa de desarrollo y el temperamento de sus hijos.

Beneficios de la crianza positiva

Menos problemas de comportamiento

Décadas de estudios han demostrado que el uso de la disciplina positiva produce mejores resultados en términos de comportamiento y crecimiento emocional del niño.

Una crianza dura y punitiva en la primera infancia tiende a provocar más problemas de comportamiento en los niños. Los padres que son fríos, no se involucran y no responden crían a los niños con una autorregulación más pobre, lo que exacerba los problemas de comportamiento del niño2.

Relación estrecha entre padres e hijos

Con la disciplina positiva, los padres ya no necesitan castigar para corregir el comportamiento problemático. Se acabaron los gritos, las luchas de poder y la hostilidad. La dinámica padre-hijo cambia y la relación con su hijo mejora.

El respeto mutuo y la comunicación abierta en la crianza positiva también fortalecen la relación entre padres e hijos.

madre e hija miran juntas el ipad practican la crianza positiva

Aumento de la autoestima y del bienestar mental

La crianza positiva hace que los niños tengan una mayor autoestima. Creen que pueden hacer las cosas tan bien como la mayoría de la gente y tienen confianza en sí mismos. Estos niños también son más resistentes. Se recuperan fácilmente de los contratiempos.

Los niños que son resistentes y tienen confianza en sí mismos tienen menos conflictos y más vínculos con sus padres. Suelen tener mejor salud mental3.

Mayor rendimiento escolar

Los niños con una crianza positiva tienden a tener más éxito académico4,5. Una mejor relación entre padres e hijos resultante de este estilo de crianza también está fuertemente asociada a un mejor rendimiento escolar.

Estudios de madres e hijas para portátiles con soluciones de crianza positiva

Mejor competencia social

Los hijos de padres positivos tienen mejores habilidades de resolución de problemas sociales y autoeficacia social6. Están mejor adaptados. Suelen tener una imagen positiva de sí mismos y un desarrollo juvenil.

Mayor autoestima en los padres y menos estrés

Los niños no son los únicos que tienen una mayor autoestima gracias a la crianza positiva. Los investigadores han descubierto que los padres también ganan más autoestima y confianza en su labor de crianza. Estos padres también tienen menos estrés relacionado con la crianza porque los niños se comportan bien.

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8 consejos esenciales para una crianza positiva

1. Centrarse en los motivos del comportamiento

Siempre hay una razón para que los niños se comporten malaunque la razón pueda parecer una tontería para los padres.

Es razonable para el niño, y por eso se comporta así.

Si los padres pueden abordar la causa directamente, aunque el niño no consiga lo que quiere, al menos sentirá que se reconocen sus necesidades. El apoyo emocional de la familia suele ser más importante que el cumplimiento de la petición real.

Un niño reconocido puede seguir adelante sin tener que portarse mal. Pueden seguir siendo malhumorados, pero no tienen que portarse mal para ser escuchados.

Hazles preguntas y llega a la raíz del problema. Cuando los padres conocen el motivo del comportamiento problemático, también pueden prevenirlo.

Por ejemplo, un niño pegó a su hermano pequeño. La razón puede ser que estaba frustrada porque su hermano pequeño le quitaba los juguetes. Así que si enseñas al niño más pequeño a pedir permiso antes de coger el juguete de otra persona, evitarás que se produzca este problema. También les estás enseñando buenos modales.

Una niña se pelea con su hermano pequeño por un juguete. En la disciplina positiva, nadie se culpa a sí mismo.

Si su hijo parece no escucharle nunca, hay dos razones plausibles.

Una de las razones puede ser que su expectativa no sea razonable. Vuelve a analizar lo que le pides a tu hijo que haga o deje de hacer. ¿Es una orden o una petición? ¿Tiene una buena razón?

Para un niño es más fácil aceptar una buena explicación, especialmente si es relevante para su bienestar, que seguir ciegamente una orden.

Otra razón para la desobediencia es la falta de una relación estrecha entre padres e hijos, que es la base del crecimiento, el desarrollo y el éxito futuro del niño.

2. Sea amable y firme

Sea amable con su hijo para que le sirva de modelo de cómo ser amable y respetuoso con los demás.

Los niños aprenden imitando a otros, y tú eres su modelo más importante.

Si un padre grita, degrada o regaña a su hijo, éste aprende a hacer lo mismo cuando se enfada.

Lo contrario también es cierto. Si un padre es amable y respetuoso a pesar de estar molesto, el niño aprende a manejar las dificultades con calma y respeto.

Ser amable también ayuda a que el niño se calme, sea receptivo al razonamiento y esté más dispuesto a cooperar.

Ser amable no es lo mismo que ceder.

Muchos padres confunden ser positivo y amable con ser indulgente.

Esto no es cierto.

Se puede decir con firmeza y amabilidad a un niño que no puede tener lo que quiere. No es necesario gritar, usar un tono de voz malo o hablar con voz severa. Una voz severa transmite enfado, mientras que una voz firme transmite autoridad.

No hace falta ser malo para ir en serio. Una persona decidida y tranquila NO es tan bueno, si no mejor, que un ruidoso y mezquino NO.

Puedes ser firme a la hora de establecer límites e imponer consecuencias para que tu hijo sepa qué esperar y en qué basar sus futuras decisiones.

Practicar la toma de decisiones de este modo ayuda a los niños a desarrollar su capacidad de pensamiento cognitivo, una habilidad inestimable para su éxito futuro.

3. Disciplina suave

Según Jane Nelsen en Positive Discipline: The First Three Years, el castigo produce las cuatro «V» que no ayudan al niño a aprender: resentimiento, rebeldía, venganza y retraimiento.

A menudo, el castigo no puede detener el mal comportamiento, ni tampoco enseñar el buen comportamiento.

Una respuesta positiva, no punitiva, es mucho más eficaz para calmar a un niño sobreestimulado e incitarle a aprender nuevos comportamientos.

El tiempo muerto ha recibido muchas críticas en los últimos años. Esto se debe a que la mayoría de los padres no lo utilizan correctamente.

El tiempo fuera para los niños no está pensado como un castigo, pero desgraciadamente la mayoría de los padres lo utilizan así. Aíslan y restringen los movimientos del niño y añaden un segundo castigo castigando o sermoneando al niño.

En la intención original del tiempo fuera, simplemente se retira al niño del entorno sobreestimulante que está causando o exacerbando el mal comportamiento, y luego se le coloca en un lugar no estimulante para que se calme y se sienta seguro.

Así que algunos expertos en crianza han inventado el «tiempo dentro» para sustituir al «tiempo fuera». El tiempo de espera es, en realidad, una idea similar al uso adecuado del «tiempo fuera», cuya eficacia ha quedado demostrada gracias a décadas de investigación de los psicólogos.

El tiempo fuera no es la única manera de detener el comportamiento no deseado. Disciplina positiva de la A a la Z: 1001 soluciones a los problemas cotidianos de los padres, también de Nelsen, está lleno de buenos consejos, soluciones y recomendaciones sobre cómo disciplinar positivamente.

Pero es difícil recordar las 1001 soluciones o tener siempre el libro a mano cuando lo necesitas. Por eso es importante ser creativo y flexible Al disciplinar.

Recuerda que un enfoque de crianza positiva se centra en enseñar el comportamiento correcto en lugar de castigar el comportamiento no deseado.

4. Sea claro y coherente

Defina claramente las consecuencias de la violación de los límites y explíquelas antes de aplicarlas. Además, los padres deben ser coherentes y cumplirlos.

Si un padre no es coherente, se producirá una confusión.

El niño puede seguir probando o desafiando los límites para ver qué más puede pasar.

Seguir significa no decir algo si no es en serio.

No amenaces con cancelar el juego si tu hijo se porta mal, a menos que estés dispuesto a cumplirlo si eso ocurre.

5. Comportamiento ajustado a la edad y Desarrollo del cerebro

A veces, lo que consideramos un comportamiento inadecuado es en realidad un comportamiento apropiado para la edad.

Por ejemplo, las rabietas de los niños pequeños son bastante normales. Estos niños pequeños tienen grandes emociones, pero no pueden expresarlas con palabras. Tampoco tienen la capacidad de autorregularse porque esa parte del cerebro aún no está desarrollada. Nuestro hijo necesita nuestra ayuda para aprender a regularse.

Las etapas de desarrollo del cerebro influyen en la elección de una estrategia de crianza positiva. Los niños pequeños y los preescolares (incluso los de tres años) pueden no entender las consecuencias. Por lo tanto, para ellos se debe utilizar la redirección en lugar de razonar o dar consecuencias.

6. Tiempo libre para relajarse

Sí, has oído bien.

Deberías tomarte un tiempo libre si lo necesitas.

Inevitablemente, a veces los padres están simplemente agotados y enfadados por el comportamiento indisciplinado de sus hijos.

Pero este es el verdadero momento de «si digo» y «si hago. Si consigues calmarte y hablar de forma respetuosa y firme, tu hijo aprenderá a manejar el enfado y la decepción con gracia.

Cuando algo no sale como quiere tu hijo, quieres que tenga la capacidad de controlarse y seguir siendo respetuoso. Si no puedes hacerlo tú, no esperes que tu hijo lo haga.

Si sientes que estás en peligro de perderlo, dile a tu hijo que necesitas un momento para ti porque estás molesto. Especifica la hora a la que volverás y vete a otra habitación para refrescarte.

Alejarse no sólo pone fin a la lucha de poder, sino que también te da tiempo para calmarte. Recuérdate a ti mismo que necesitas disciplinar, no ganar en un conflicto.

Respira profunda y conscientemente para despejar tu mente.

Ahora tienes más tiempo y margen de maniobra para pensar en formas de abordar el problema.

Cuando vuelvas, estarás renovado y preparado para volver a enfrentarte a los retos de la crianza.

Otra forma estupenda de mejorar tu autorregulación es meditar. La meditación regular ayuda a reducir el estrés en situaciones difíciles como ésta y promueve la crianza consciente8.

7. Haz que sea un momento de aprendizajepres

Cuando los niños tienen edad para razonar (más de tres años), cada episodio de mal comportamiento puede convertirse en una lección inestimable para la resolución de problemas.

¿Cuál es la lección de romper los juguetes? Significa que el niño ya no puede jugar con él. Es una consecuencia natural.

Si al niño no le gustaba el juguete, debería habérselo dado a un amigo o haberlo donado para que otros niños pudieran disfrutarlo. Si rompen el juguete por frustración, ayúdales a encontrar otras formas de expresar su ira, como golpear una almohada. Enséñales a pensar en formas alternativas de resolver un problema en lugar de actuar.

Enséñales vocabulario para explicar sus sentimientos («Estoy enfadado porque…») en lugar de portarse mal. Ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de comunicación. Fomentar el desarrollo del lenguaje reducirá significativamente las rabietas y el mal comportamiento.

8. Tengan paciencia y no desesperen

La crianza positiva y la disciplina positiva no provocarán los cambios de comportamiento que los padres desean de la noche a la mañana.

La crianza positiva no consiste en obtener resultados rápidos. Se trata de enseñar comportamientos que los padres quieren que sus hijos imiten con el tiempo.

Al principio, es posible que tengas que dar muchas explicaciones cada día. Puede tardar más en ver cambios reales que con los castigos tradicionales, porque los niños necesitan la repetición para aprender. Pueden pasar semanas o incluso meses para que su hijo empiece a entender.

Pero cuando eso ocurra, será muy gratificante y los beneficios serán duran toda la vida.

Reflexiones finales sobre la crianza positiva

La crianza positiva es significativamente diferente de la crianza estricta tradicional. Requiere una mentalidad diferente y comportamientos de crianza distintos.

Pero con paciencia, perseverancia y (mucha) práctica, puedes convertir los momentos de disciplina en valiosas lecciones para los niños.

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